La pureza del arte se transgrede de diversas maneras y por diversos contextos: históricos, sociales, personales. En esta exposición descubriremos cómo los contextos en que desarrollamos nuestra vida, presionan sobre la creación artística. Ejemplo de ello es el trabajo desarrollado por la pintora Nancy van Overveldt, quien nació en La Haya el 2 de febrero de 1930. Aquí estudio en la Real Academia de Arte, y se comenzó a involucrar con los círculos de artistas de aquella época. Animada por las infinitas posibilidades de combinar colores, pasó un año en la Academia de Arte en París, experimentando con diferentes técnicas y estilos y así, desarrollando cada vez más, su estilo personal. Posteriormente decidió comenzar un nuevo camino hacia un mundo todavía desconocido para ella: México. Una experiencia que marcó definitivamente su trabajo y trayectoria artística.

Los invitamos a transportarse entre los mundos de colores y figuras de Nancy, los cuales guardan en el lienzo un sin fin de historias por contar sobre lo que vio y vivió a lo largo de su vida. Por un lado, un mundo lleno de color y de pasión sugestionado por la presencia de México en su vida y, por el otro, un contexto más estructurado, producto del regreso a su país natal: Holanda. Nancy se constituyó, artísticamente hablando, en un puente que conecta ambas circunstancias, la mexicana y la holandesa; la artista utiliza sus vivencias como fuente de inspiración, como reflejo de lo que ve y de lo que vive.

Durante más de 65 años, Nancy produjo una gran cantidad de obras, las cuales fueron expuestas principalmente en México, Nueva York, Holanda y Londres. Hoy tenemos el honor de mostrarlas nuevamente, así como el mostrar, por vez primera, una colección de dibujos que la artista desarrolló durante su niñez y su juventud, que servirán como una ventana para adentrarse a una parte de su vida que ha sido poco conocida y estudiada.

Nancy van Overveldt pintó hasta el final de su vida en junio de 2015, dejándonos un legado artístico de gran valor y calidad estética.