
En la propia vida es donde están las pequeñas gotas de felicidad, los momentos, quizá minutos o segundos, donde nos damos cuenta de que ese instante es único y vale la pena. En la misma rutina diaria podemos encontrar esa tranquilidad en los momentos más sencillos, y disfrutar de ellos es lo que aporta calma, bienestar, serenidad y satisfacción a nuestra vida. Buscar la felicidad en el futuro es injusto para nosotros mismos, puesto que no valoramos lo que hemos conseguido hasta este momento, hasta el presente, y continuamente anhelamos algo que no tenemos, algo que, en ocasiones, ni siquiera sabemos qué es.
Nika Vázquez Seguí (Psicóloga)