Aunque el viento sigue soplando fuerte en Holanda, el calor humano y la buena onda siempre ayudan a sentirnos bien. Y, sin duda,nos sentimos muy bien durante la cena-fiesta de primavera en el Restaurante Tango, en Amsterdam. Los ingredientes para pasar una noche estuvieron ahí: deliciosa comida, sonrisas, amigos, linda decoración. Lo que dijo Georgina Zinno es verdad: el viento frio se quedó afuera y adentro disfrutamos de una cálida noche entre amigos.
Sandra decoró el restaurante con sus lindas creaciones: pájaritos coloridos y plantas de ajos con motivos diferentes que varios llevaron a su casa. Yo me quedé con la plantita de sandia. En su blog, Sandra nos cuenta cómo vivió esta noche: