Elisenda Durany nos cuenta su experiencia dando clases de español a holandeses.
Elisenda Durany nos comparte su experiencia como profesora de español.
Me dedico a la enseñanza del español desde 1992 cuando empecé dando clases para extranjeros en Barcelona. Desde hace 9 años vivo y trabajo en los Países Bajos, concretamente, en Ámsterdam.
Aquí he conseguido crear mi propia escuela de español, es una pequeña escuela en el salón de mi casa. Mientras tomamos un té o un café mis alumnos aprenden y conversan en español. La verdad es que los alumnos holandeses son muy fáciles y agradables. Dado que por las características del país han aprendido desde pequeños varias lenguas, el aprendizaje de una nueva lengua como el español se presenta como una nueva experiencia para ellos. Lo que les diferencia de otras culturas es el no tener vergüenza de hablar. Así desde las primeras clases, empiezan a hablar sin miedo a cometer errores porque en general priorizan la comunicación a la corrección. Al fin y al cabo para eso aprendemos idiomas, para comunicarnos. Además se muestran muy interesados por la mentalidad, la cultura (arte, música, bailes…), las tradiciones y la forma de vida de los latinos. Muchos tienen casas en España, bailan salsa o tango, tienen parejas latinas o les gusta simplemente viajar por países hispanoamericanos.
Por mi experiencia, no tienen grandes problemas a la hora de pronunciar bien el español pero si se notan dificultades en la forma de expresar las ideas. Sobre todo si se limitan a traducir frases del holandés al español, allí es cuando se plantean problemas. Por eso, siempre les recomiendo leer y escuchar muchos textos y conversaciones en español porque la forma de decir las cosas en ambos idiomas es diferente, especialmente en cuanto al orden de las frases o combinaciones de palabras. Evidentemente hay otros temas relacionados con la gramática que presentan dificultades como ser y estar, por y para, el contraste de pasados y el uso del subjuntivo.
A los holandeses les gusta mucho dar su opinión sobre diferentes temas de actualidad, culturales, del mundo y de la política. Eso convierte a las clases en interesantes tertulias de contraste de opiniones. Me encantan esos momentos en que la clase se desvía hacia un tema de actualidad, todos participan y mis siguientes actividades pasan a un segundo plano. En esos momentos la llama de la conversación se enciende y la clase se convierte en un espacio donde se habla en español con naturalidad.
Personalmente siempre me gusta encontrar variaciones en las clases y adaptarme a las cosas que suceden o que veo que a los estudiantes de un determinado grupo les puede interesar. A veces, decidimos ir al cine porque hay una nueva película española que nos interesa, a veces leemos una novela corta que trata sobre un país de Latinoamérica que han visitado o quieren visitar. Y a veces, nos reunimos todos para hacer una paella o comer en un restaurante típico juntos, tocar la guitarra y aprender alguna canción nueva en español.
Para mí, dar clases de español es una experiencia muy gratificante que me permite conocer a una gran variedad de personas, disfruto observando cómo aprenden o ayudándoles cuando tienen dificultades. Y en definitiva, me gusta abrir esa ventana al mundo del español y hacerles sentir durante un rato como en casa.
Una respuesta a “Elisenda Durany nos cuenta su experiencia dando clases de español a holandeses.”
Me gustaria seguir tu iniciativa, yo vivo en Maarssen y tengo el titulo de profesora de EGB entre otras coda como derecho inmobiliario, pero me apetece mas la docencia. No se por donde empezar ni lo que se cobra, imagino por horas. Me podrias orientar un poco Elisenda?
Muchas gracias
Me gustaria seguir tu iniciativa, yo vivo en Maarssen y tengo el titulo de profesora de EGB entre otras coda como derecho inmobiliario, pero me apetece mas la docencia. No se por donde empezar ni lo que se cobra, imagino por horas. Me podrias orientar un poco Elisenda?
Muchas gracias
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